Autor: Eduardo Abel Gimenez

En la Feria del Libro de Buenos Aires

Momentos en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, 2017.

Encuentro en el stand de Edelvives. De izquierda a derecha: Didi Grau, Jimena Tello, Franco Vaccarini (¡gracias por la foto!), Natalia Méndez, Elba Rodríguez y yo.
Entrega del Premio Sigmar, del que fui jurado. De izquierda a derecha: Verónica Chwat (directora de Sigmar), Fabiana Fondevila (segundo premio, por Ana despierta), Horacio Convertini (jurado), Martín Sancia (primer premio, por Todas las sombras son mías), Alicia Salvi (jurado) y yo. Falta Silvia Portorrico, editora de Sigmar. (Foto de la editorial.)
Entrega de los Destacados de Alija. Acá agradezco el destacado a Justo cuando en la categoría Libro Ilustrado. A la derecha, fuera de la foto, estaba Cecilia Afonso Esteves. (Foto de Diego Moscato.)
Entrega de los Destacados de Alija. Judith Wilhelm (centro) agradece el destacado a El regalo de los Reyes Magos en la categoría Labor Editorial. Al lado, María Wernicke (que ilustró el libro); yo traduje el texto de O. Henry. (Foto de Diego Moscato.)

 

Firmando un ejemplar de Justo cuando en el stand de Comunicarte. (Foto de la editorial.)

Un ambiente, buena ventilación, gran jardín

Potrero de Funes, San Luis, septiembre de 2008

 

La reina Tamara de Georgia

Estatua ecuestre de la reina Tamara, en Mestia, Georgia (foto por Marina Berri)

Tamara (o Tamar, o Thamar, 1160-1213) reinó en Georgia entre 1184 y 1213. Se casó, expulsó a su marido del reino, volvió a casarse, tuvo dos hijos (Jorge y Rusudan), conquistó territorios, consolidó la “Edad de Oro de Georgia”. Legó el reino a su hijo (número IV de los Jorges reyes del país), y Jorge a Rusudan. Es una heroína popular, que los georgianos ven cotidianamente en los billetes de 50 lari:

Hay un buen relato (serio) de su vida en el sitio Ancient Origins. Y otro todavía mejor (menos serio en el lenguaje, pero bien documentado) en el sitio Badass of the Week. Los dos en inglés, como tiende a ocurrir en la web. Ejemplo de por qué el segundo es más necesario que el primero: “She also spent a lot of time praying in an awesome fucking cave fortress so insanely cool you’ll wonder why they didn’t make a goddamn Indy movie about it.”)

El aeropuerto de Mestia se llama Reina Tamara.

 El aeropuerto Reina Tamara tiene este precioso edificio-gusano que mira al visitante con curiosidad (fragmento de una foto de TheFlyingDutchman, licencia CC BY 3.0 unported)

Mientras tanto, en algún otro rincón de Georgia…

Ovejas georgianas (foto por Marina Berri)

(Esto es pasear a través de ojos ajenos. Marina mandó las fotos, y me puse a investigar.)

Propuesta para emoji

“Hola, soy un robotito y estoy contento”. Foto por Natalia Méndez.
Componentes: mesa de mi living y cosa extraída de mi lavarropas

Entrega de premios del Fondo Nacional de las Artes

Diploma en mano, con Carolina Biquard, presidente del Fondo Nacional de las Artes, y Alberto Manguel, director del área de letras del FNA (y de la Biblioteca Nacional)
El miércoles 31 de mayo, el Fondo Nacional de las Artes entregó los diplomas del Concurso de Letras 2016, en las categorías novela, cuento, ensayo y poesía. Me tocó el segundo premio de novela, con una novela inédita, Juicio a las diez. El primer premio le correspondió a Leila Sucari, con Adentro tampoco hay luz. El jurado de la categoría: Romina Doval, Fernando Sánchez Sorondo y Guillermo Martínez. La lista completa de categorías y ganadores está en la página del FNA.

Muy bonito el diploma:

El FNA tuvo la buena idea de imprimir un cuadernillo con el comienzo de los doce textos que recibieron premios y los cuatro que recibieron menciones, más páginas de presentación por Carolina Biquard Alberto Manguel y datos biográficos de los autores.

Estoy contento y agradecido. La gente del Fondo es amorosa y trata muy bien a los premiados; gracias especiales a Tamara Florin, Josefina Licitra y Luciana Olmedo-Wehitt.
La foto grupal de los premiados, al final de la entrega de diplomas. Esta foto y la primera están tomadas de la página del FNA en Facebook; no tienen crédito de autor

O’Higgins

O’Higgins, provincia de Buenos Aires (foto por Melisa Fernández Csecs)
Partido: Chacabuco. Población en 2010: 1206 habitantes. Código postal: 6748.

 

O’Higgins en Google Maps

Delicioso fragmento autocontradictorio en Wikipedia: “El pueblo cuenta con la Estación O’Higgins, inaugurada en 1886, y que actualmente sigue en funcionamiento. Es una parada del Ferrocarril General San Martín, que une Retiro con Junín (sin servicio desde junio de 2016)”. (Parece que en realidad sigue habiendo trenes de carga; lo de “sin servicio” se refiere a trenes de pasajeros.)

La estación O’Higgins en julio de 2007 (foto por Gustavo9089, bajo licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported; Wikipedia)
“Entre los pobladores que forman parte imborrable de la historia de la comunidad del pueblo, recordamos a personajes como don Roque Vázquez con su estancia; José Maggi, dedicado a la producción de lácteos y fundador de la fábrica de manteca, queso y caseína “La Universal”. También encontraremos a don Felipe Ghiggeri con su taller de herrería y carpintería, a don Jacobo Maidana con su almacén, la casa de ramos generales de Juan y Luis Astesiano, a “La Gama”, de don Carlos Cassini y un comercio de bebidas y chacinados frente a la estación que se convirtió en un comedor de campo con venta de bondiolas, salames y jamones”. (Del artículo “El Banco Provincia y los Pueblos. O´Higgins, una localidad con historia y encanto”, por Claudia Ortiz.)
Esto es pasear a través de ojos ajenos. Melisa mandó por Whatsapp la foto de arriba de todo; la foto me gustó, y me puse a buscar online.

Segundo premio

Me tocó el segundo premio en la categoría “Novela” del Concurso de Letras 2016 del Fondo Nacional de las Artes. Fue con una novela inédita, Juicio a las diez. El primer premio le correspondió a Leila Sucari, con Adentro tampoco hay luz.

El jurado de la categoría estuvo compuesto por Romina Doval, Fernando Sánchez Sorondo y Guillermo Martínez.

La lista completa de categorías y ganadores, en la página del FNA.

Novelista

El título de su primera novela fue La princesa del castillo del lago. Al año siguiente publicó El castillo de la princesa del lago, y poco después El lago de la princesa del castillo. A esta altura, los críticos creyeron que ya habían descubierto todos los trucos de su obra. Pero se equivocaban, como descubrieron con la publicación de La princesa del lago del castillo, que sacudió los cimientos de la literatura de la época. Sin embargo, un par de años más tarde apareció el libro que todos vieron como un retroceso, El lago del castillo de la princesa, en el que se repetían temas y situaciones de libros precedentes. El autor intentó salir de su propia trampa escribiendo El castillo del lago de la princesa, y hasta cierto punto lo logró, pero la crítica dictaminó que tras esa, su sexta novela, las posibilidades combinatorias de su prosa estaban definitivamente agotadas. Es de creer que el escritor sintió la presión ineludible de esa sentencia, lo que llevó a su temprana muerte. Los herederos, desesperados por obtener beneficios de su obra, acabaron reuniendo papeles dispersos en un libro póstumo, que tuvo el raro efecto de resignificar el conjunto a través de una nueva perspectiva: El ogro.

Cuestión de perspectiva

Foto por Lance Asper, Unsplash.

Medir palabras

A Mar y a Ter les gusta medir palabras.
Mar resuelve crucigramas. Usa los dedos para contar letras.
Ter escribe poesía. Usa los dedos para contar sílabas.
Cuando se juntan, hablan así:
—País de África, seis letras, termina con “TO”.
—Flor que rime con “piel”, dos sílabas.
—Que está a mucha altura, siete letras, empieza con “EL”.
—Nombre de varón que rime con un mes del año, dos o tres sílabas.
Afuera se va yendo el día.