Camina con el agua hasta la cintura, contra la corriente. Mira un punto en el horizonte, donde el último barco se toma un tiempo infinito hasta desaparecer. Suena música de David Byrne.
Detrás está el oeste, y en el oeste una ciudad que crece sin pobladores. Los edificios se hinchan, las calles se ensanchan, la basura se expande.
Por algún motivo, tres palabras del libro que estaba leyendo le vuelven a la cabeza: evolución, devolución, revolución. Durante la lectura le parecía una combinación inteligente.
La vida es una serie de chistes de un cuadro, sin conexión entre sí.