Categoría: El lector patidifuso

Bots en Twitter

(El lector patidifuso comparte piezas sorprendentes encontradas en la web.)

Según parece, el quince por ciento de las cuentas de Twitter son bots: cuentas automatizadas que generan tweets sin intervención humana. Muchas se dedican a desparramar fake news, a mandar spam, a meter ruido de todas las formas posibles; son de las que más se habla. Pero hay una pequeñísima parte de esos bots que hacen la vida mejor, como los que vienen a continuación. (La mayoría, recomendados por Natalia Méndez, que me hizo conocer esto de los Twitter bots.)

BoschBot: Cada media hora tweetea un fragmento al azar de “El jardín de las delicias”, de Hyeronimus Bosch.

7 BoschBot

BruegelBot: Lo mismo, una vez por hora, a partir de obras de Pieter Bruegel el Viejo.

7 Bruegel

También están los que generan arte propio. Son divertidísimos los “Tiny…” que construyen a partir de emojis o caracteres comunes, como estos:

Tiny Forests (uno cada seis horas):

7 Tiny Forests

Tiny Star Field (uno cada tres horas):

7 Tiny Star Field

Tiny Gallery (uno cada seis horas):

7 Tiny Gallery

Algunos son literarios, o “literarios”: toman fragmentos de la obra de alguien, o generan al azar la obra propia. Como casi todo, la mayoría está en inglés:

Magic Realism Bot (una frase aleatoria cada cuatro horas):

7 Magic Realism

Ro Bot Dylan (no parece que funcione todo el día; más bien agota una canción diaria, o algo así):

7 Ro Bot Dylan

La poesía es (¡en castellano!; textos aleatorios un par de veces por día):

7 La poesía es

También están Hourly Fox (una foto de zorro por hora), Bad Science (frases absurdas que suenan “científicas”), Soft Landscapes, Emoji AquariumPor cada palabra (las palabras del diccionario, alfabéticamente, una por hora), y los que uno consiga encontrar buscando cosas que le interesan.

¿Por qué me tomé el trabajo de capturar pantallas de estos bots? Porque en la web, y especialmente en las redes sociales, nunca se sabe cuánto duran las cosas. Cuando es posible, prefiero que lo que nombro se pueda ver, aunque el original haya desaparecido. En el peor de los casos, digamos que lo hago para mi colección personal.

Propiedad intelectual y derechos humanos

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6 busaniche pdf

Quienes venimos interesados en los problemas de la propiedad intelectual desde hace veinte años o más estamos acostumbrados a encontrar solo textos en inglés. Propiedad intelectual y derechos humanos. Hacia un sistema de derechos de autor que promueva los derechos culturales es el libro de Beatriz Busaniche (publicado en 2016) que rompió el hechizo. Hay que leerlo.

(Resumí lo que pienso sobre el tema en un artículo de este blog, en 2012: “Propiedad Intelectual vs. Resto del Mundo”. No lo actualicé, y desde ya que no dice todo lo que habría que decir.)

Hacer cola

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[vimeo 4633517 w=640 h=512]

Este video, ya clásico, muestra todo lo malo que puede pasar cuando uno hace cola. Empezando por la actitud de uno mismo. Seth Stevenson describe así el lado subjetivo del asunto: “1) Cuando hacemos cola, nos aburrimos. 2) Odiamos que una espera que prevemos corta se haga larga. 3) Lo que odiamos de verdad verdadera es que alguien llegue después que nosotros y lo atiendan antes”. (El artículo, buenísimo, está en Slate, en inglés.)

El lado matemático está bien descripto (como siempre) en Wikipedia, aunque la versión en castellano (como siempre) no sea elegante: Las colas “se forman debido a un desequilibrio temporal entre la demanda del servicio y la capacidad del sistema para suministrarlo. En las formaciones de colas se habla de clientes, tales como máquinas dañadas a la espera de ser rehabilitadas. Los clientes pueden esperar en cola debido a que los medios existentes sean inadecuados para satisfacer la demanda del servicio; en este caso, la cola tiende a ser explosiva, es decir, a ser cada vez más larga a medida que transcurre el tiempo. Los clientes puede que esperen temporalmente, aunque las instalaciones de servicio sean adecuadas, porque los clientes llegados anteriormente están siendo atendidos”.

Los casos concretos (reales o simulados) son lo más informativo, y muchas veces resultan contrarios a la intuición. John D. Cook propone esta situación en un banco: atender a cada cliente lleva un promedio de 10 minutos; los clientes llegan a razón de 5,8 por hora (es decir, entre uno y otro pasan algo más de 10 minutos); hay un solo cajero. ¿Se formará una cola? ¿Cuánto tardará cada cliente, en promedio, en ser atendido?

La intuición, feliz, responde rápido: si entra un cliente y lo atienden en diez minutos, se va antes de que llegue el próximo. Por lo tanto, no se forma cola.

Cuéntenselo al osito del video. Cook describe la respuesta verdadera: en promedio, cada cliente deberá esperar casi cinco horas para que lo atiendan.

¡Cómo! ¡Qué estafa! La explicación está en que los clientes no llegan espaciados regularmente, además de que el tiempo de atención es de diez minutos solo en promedio. No me metí a hacer los cálculos (están por arriba de lo que entiendo de matemáticas; Cook no los desarrolla, solo dice con qué criterios se hacen). Creámosles a quienes saben, incluyendo la barbaridad de que, en la situación descripta, la cola promedio sería de 28 personas.

Cook lo resuelve, por supuesto, con otro cajero. Y ahí entra la función central de la teoría de colas: calcular la mayor eficiencia con el menor costo posible. Es decir: al banco no le conviene que haya cajeros que se pasan la mayor parte del tiempo sin hacer nada; pero tampoco le conviene tener a la gente esperando horas (se van a otro banco). Con dos cajeros en vez de uno, el tiempo promedio de espera pasa a ser de 3 minutos. Problema resuelto.

Mi propia experiencia, en este último tiempo, fue en el supermercado Carrefour que está cerca de casa. La atención en las cajas fue siempre lenta; un plomazo esperar. Según la hora, podía haber dos, tres, cuatro colas, y era imposible decidir en cuál ponerse. Me vi en la situación del osito cada vez que pisé el lugar.

Hace unas semanas, el sistema cambió. Unificaron las colas en una sola. Cuando una cajera (casi siempre cajeras, aunque hay algún varón) queda libre, llama a la persona siguiente. La primera impresión fue mala: la cola era más larga que antes; se perdía tiempo entre el llamado de la caja y el momento en que el cliente empezaba a poner sus cosas en el mostrador. Pero enseguida se hizo evidente la mayor rapidez del sistema nuevo.

Sin entrar en números, el sistema de cola única optimiza los tiempos de espera y la utilización de las cajas; a nadie se atiende antes que a otro que ya estaba.

La cola única, por supuesto, no es idea nueva. Resulta que hay un artículo en el New York Times que narra el mismo cambio de sistema que vi en Carrefour, pero en Whole Foods (USA), en 2007.

Agradezco al gran Jason Kottke por los links de este post, tomados de uno suyo. (El osito no, ya lo tenía; para Wikipedia, sustituí la versión en inglés por la versión en castellano.)

 

Ranking de tecnologías

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Milking Machine

Mirá qué tarea: hacer una lista de las cien tecnologías que te parezcan más importantes desde los comienzos de la humanidad hasta hoy, y ordenarlas por relevancia. ¿En cuántos ítems de la lista estaríamos de acuerdo? ¿A cuántos les asignaríamos el mismo número de orden? Lo más probable es que termináramos con listas muy diferentes, pero más sabios que al comienzo.

Si no tenés ganas de armar tu propia lista, podés hacer como yo, y disfrutar de la que publicó Matt Novak, del blog Paleofuture: Technology, Ranked (en inglés). Un trabajo detallado, que incluye la justificación de cada tecnología incluida y, muchas veces, links a otros sitios donde se profundiza lo que sea que esté nombrando.

Novak tiene un manejo suculento del sarcasmo (lo sé porque vengo leyéndolo desde hace rato), y así hay que leer su introducción: “Hoy presentamos la lista definitiva de todas las tecnologías importantes de todas las épocas, ordenadas por importancia. (…) Si de alguna manera opinás que esta lista podría estar omitiendo alguna tecnología extremadamente vital, estás equivocado. Esta lista es correcta y definitiva y no se puede cambiar. Y estás esquivocado”. Más en serio, agrega que “estas no son todas buenas tecnologías, desde ya. Hay muchas que hicieron del mundo un lugar peor para todos. Pero siguen estando en la lista”.

La foto de arriba, tomada del trabajo de Novak, ilustra la tecnología número 100, la menos importante de la lista: una máquina de ordeño. En el artículo aparece arriba de todo, y los números van decreciendo; así, las tecnologías más importantes de todas están al final.

En toda la lista hay cosas que lo dejan a uno rascándose la cabeza, pero Novak sabe argumentar, es convincente. Por decir números redondos: en el puesto 90 está el walkie-talkie; en el 80, el maíz (y la explicación de por qué se puede considerar una tecnología, un invento); en el 70, el ascensor. Es grande la tentación de ir rápido, para enterarse de qué tecnologías están entre las primeras diez, y cuál, especialmente, tiene el número 1. Pero no hay que perderse lo del medio, jugoso, polémico e informativo. ¿En qué puestos están el dique, el avión, la guillotina (¿la guillotina?), los tipos móviles, el condón?

No voy a espoilear nada más de la lista. Hay que ir y mirar. Incluso sin saber inglés, se puede entender bastante de los títulos (a lo sumo, buscando alguna palabra en el diccionario), aunque no se sigan los textos correspondientes.

Para cerrar, un acertijito fácil. ¿A qué tecnología corresponde esta foto, también tomada del artículo?:

Revista Multicolor de los Sábados

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3 Revista Multicolor de los Sábados

Entre agosto de 1933 y octubre de 1934, el diario Crítica sacó 61 números de la Revista Multicolor de los Sábados, un suplemento cultural. ¿Sabés quiénes lo dirigían? Jorge Luis Borges y Ulyses Petit de Murat. La imagen muestra la página 3 del número 1, donde Borges empezó a publicar su Historia Universal de la Infamia, que luego recopilaría en forma de libro.

Hay muchas cosas valiosas y también entretenidas en esa Revista Multicolor. La página 4 del mismo número trae la primera entrega del “Museo de la confusión”, firmado por Anímula Vágula (vi por ahí que ese también era Borges, pero no solo Borges). (Para lograr la imagen que sigue amplié un fragmento mínimo de la página; se nota en la tipografía.)

3 Museo de la confusión

La anécdota inicial, sobre el “Times” y los árboles en francés, es una joya.

Pero lo verdaderamente genial de la vida, en este momento, es que la colección completa, completísima, de la Revista Semanal de los Sábados se puede ver y bajar en formato PDF.

El mérito es de AHIRA, Archivo Histórico de Revistas Argentinas, una maravilla que ojalá dure para siempre, y que no voy a tratar de describir. Lo único que se puede hacer, ahora mismo, es ir a ver el catálogo prodigioso que tienen.

La yapa: un artículo sobre la relación de Borges con la Revista Multicolor de los Sábados.

Gente que no existe

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2 Gente que no existe

Esta gente no existe. Es más: ni siquiera las fotos existían hasta hace pocos minutos, cuando las fue creando una inteligencia artificial, a mi pedido, cada vez que yo le daba a la tecla F5. Si vos también querés que una máquina te invente gente, andá a https://thispersondoesnotexist.com/ y jugá todo lo que quieras. Un pueblo entero podés hacerte.

Acá explican cómo funciona (en inglés). Y en Co.Design es donde lo encontré.

 

Consultorio anarcosentimental

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Hace casi un siglo, La Revista Blanca, publicación anarquista española, traía un “Consultorio general”, en el que respondía preguntas que iban de lo político a lo personal. Ahí se combinaba qué hacer tras enamorarse de una mujer casada junto a qué luchas podían compartir (y qué luchas no) anarquistas y socialistas.

1 La Revista Blanca

Tengo veintidós años, estoy enamorado de una mujer casada que cuenta veinticinco. Ella también me quiere, pero no se decide a seguirme por miedo a que le quiten un hijo adoptivo que tiene y porque yo cuento menos edad que ella. De acuerdo los dos, hemos resuelto consultar el caso con los redactores de La Revista Blanca. (No lleva firma)

Consejo es este muy difícil y peligroso. Son cuestiones para resolverlas individualmente y según los temperamentos de cada uno. Lo único que nos ocurre es que, ante todo, se debe plantear el asunto directamente con el marido, y si este no se aviene a razones, entonces…, entonces… El amor hará lo demás.

El hecho de haber adoptado un hijo de la maternidad, supone que no lo tiene propio, y el hecho de querer conservar a su lado un hijo que no es suyo, demuestra que es una excelente mujer.

No como esas madres que por un hombre abandonan a sus hijos, demostrando con ello que poseen un corazón incapaz de hacer feliz al primero, ni al segundo, ni al tercer marido o compañero. En fin, que nosotros creemos que la cosa se arreglará espontáneamente. ¡Vaya si se arreglará! Y como la naturaleza manda. Y nada más queremos ni podemos decir.

Hay unas cuantas consultas más, con sus correspondientes respuestas, en un artículo del sitio español Agente Provocador. ¡A leer que se acaba el mundo!