Marta Gómez abre la boca, canta una frase, y uno se queda maravillado, estrujado, hipnotizado. No hay vuelta atrás. Es el timbre, es el fraseo, es la naturalidad de la síncopa y todo lo técnico que a uno se le ocurra, más la emoción. Ah, Marta, cuánto te queremos.
“Basilio” es una de sus mejores canciones, de uno de sus mejores discos, Musiquita (2009). Va una versión en vivo en Buenos Aires, 2013. (La mandolina está muy bien, pero tendrían que haberle bajado el volumen, ¿no?)