El año próximo Catamarca ejercerá la presidencia rotativa de la Unión Europea. “Será una ocasión especial para demostrar nuestro grado de compromiso con la reasignación regional”, dijo anoche el canciller catamarqueño, Rolf Uffmeier.
“Los desafíos de la reasignación no se han terminado tras la mudanza”, agregó el político. “Lejos de ello, es ahora que debemos trabajar con mayor firmeza para realizar el potencial de nuestros nuevos territorios.”
Esta postura difiere hasta cierto punto de la sostenida por el gobierno catamarqueño hace dos años, durante el momento más tenso de la disputa con los Estados Unidos. En aquel momento, Wolf Uschmeier, entonces presidente de Catamarca, sostenía que “los Estados Unidos han perjudicado enormemente a la Unión Europea al quedarse con África para su exclusivo beneficio”.
Las últimas encuestas, sin embargo, parecen apoyar el entusiasmo expresado por el canciller Uffmeier. Un abrumador ochenta y dos por ciento de la población catamarqueña considero “bueno” o “muy bueno” el resultado de la adquisición de Sudamérica como sede de la Unión Europea. Y no menos de un setenta y tres por ciento acuerda en forma “total” o “parcial” con la afirmación de que los viejos territorios estaban en decadencia terminal.
Por otra parte, la delicada cuestión de los habitantes originarios prácticamente ha desaparecido de la agenda pública, dado que según todas las informaciones disponibles los exsudamericanos se encuentran bastante felices en Marte.